Entrevista realizada a Don José
Gutiérrez Menor, director del Órgano de Deportes del Ayuntamiento de Andújar, campeón
de España como entrenador del equipo de voleibol masculino infantil de Andújar
(Jaén) y campeón de España con la selección andaluza cadete, con motivo de su
reconocimiento por parte de la Federación Andaluza de Voleibol, que en fechas
próximas le entregará la Insignia de Plata al mérito deportivo.
¿Qué recuerda de sus comienzos?
Bueno, de mis comienzos recuerdo
entusiasmo, el ver como un grupo de chicos desorientados, que no formaban parte de otros
deportes se unían para practicar un deporte nuevo. Veía la ilusión de todos
ellos, donde había alguien que se preocupaba y que los consideró importantes.
¿Por qué decidió decantarse por el voleibol y no por otra disciplina
deportiva?
Antes de entrenar a voleibol,
jugué a baloncesto y balonmano, pero fue el primero el que más me apasionaba.
Quizá también se debe a mi maestro, Juan Torres, que fue quien nos inculcó el
deseo de entrenar este deporte y aprender de él grandes valores que llevaba
bajo el brazo. Además era el deporte que
mejor dominaba.
¿Cómo conoció este deporte?
Mi primer contacto con el
voleibol fue en el instituto, cuando estudiaba cuarto curso en el año 1971. Llegó un profesor
nuevo y nos habló de un deporte diferente. Nos enseñó el voleibol y poco a poco
nos implicamos con este deporte, aunque al principio nos pareciera muy difícil,
después se convirtió en algo espectacular.
¿Cómo era su primer entrenador?
Juan torres era una persona
comprometida, exigente, constante y sobretodo un amigo.
Juan Torres fue su profesor de educación física en el IES Virgen de la
Cabeza, ¿qué aprendió de él?
De él aprendí valores tan
importantes como el compromiso, la ilusión, el ser competitivo,el respeto, el trabajar y
el trabajo duro, la constancia y la perseverancia, valores que he podido
aplicar a lo largo de mi desarrollo personal.
¿Ha tenido alguna influencia en su forma de entrenar al equipo?
Por supuesto que cada entrenador
tiene su propio estilo, pero no cabe duda de que la influencia de Juan ha
calado fuertemente en mí manera de entender el voleibol. Su insistencia y su
compromiso han sido valores que he intentado impregnar a mis equipos. “Igual
que él se cabreaba y gritaba, me cabreaba y gritaba yo”(comenta entre risas).
¿Y su primer equipo? ¿Qué recuerdos guarda?
Creo que el primer equipo es
quizás el que más te marca, precisamente por ser el primero y porque es cuando
realmente uno sabe lo limitado que está. Cuando te enfrentas a otros equipos es
cuando te das cuenta de lo que tienes. En especial recuerdo una ilusión muy
grande, tanto mía como la de los jugadores, estos que eran descartes de otros
deportes, que nadie los quería, y gracias a esto, conseguimos hacerles sentir importantes,
de hecho, ganamos muchos partidos y quedamos quintos de Andalucía.
¿Recuerda cómo fue su primer partido como jugador?
Mi primer partido lo jugué en el
colegio SAFA, y lo compaginaba con el baloncesto. Recuerdo como tras terminar
el partido de baloncesto, fui corriendo a cambiarme para jugar mi primer
partido de voleibol. Era central, porque era el más grande, y recuerdo que
ganamos a Jaén dos a uno (entonces los partidos se jugaban a tres sets). Tenía
catorce años.
¿Y cómo entrenador?
Mi primer partido oficial fue
contra Mancha Real. Perdimos. Fuimos al vestuario y hable con los jugadores,
recuerdo que les dije: “Nos ha derrotado un gran equipo, pero será la última
vez que nos ganen”. En la primera vuelta perdimos tres partidos, en la segunda
vuelta no perdimos ninguno y, al año siguiente, ganamos todos los partidos de
Jaén.
¿Qué sintió en su primer partido? ¿Cómo afrontó el estar en el puesto
de entrenador y no de jugador?
El cambio es grande, sobre todo
cuando ves que las cosas no se hacen como tú piensas que se deberían hacer. Se
siente gran impotencia al no poder salir al campo y jugar, pero sobretodo es
una responsabilidad grande el contar con un grupo de gente en tus manos y que
se presten a ser entrenados. Eso es lo más importante.
Ha sido jugador, entrenador, seleccionador y directivo de este deporte,
¿de qué etapa guarda más cariño?
Son etapas distintas, aunque la
verdad es que quizá guarde más cariño de mi etapa como entrenador, ya que ha
sido la más longeva (25 años). De jugador estuve desde las categorías
inferiores, con catorce años, hasta cuando pase a primera división al comenzar
mis estudios. Son etapas muy distintas, cada una con su satisfacción. Recuerdo
cuando jugué mi primer campeonato de Andalucía (Cádiz) con quince años. Aunque era cadete,
jugaba con mayores, de segunda división, y recuerdo cuando Juan Torres dijo
“Venga Pepe, que vas a salir” aquello fue memorable. Al salir al campo, me
echaron dos balones. Falle los dos. El tercero no lo falle porque me quitaron
(risas). Fue un palo, pero realmente fue una experiencia muy agradable, el
salir a intentar ayudar a mis compañeros en una competición importante. Fue una
buena experiencia, aunque algo traumática (dice, entre risas).
¿Por qué decidió entrenar las categorías más jóvenes?
Para hacer una casa hay que
formar unos buenos cimientos. Empezamos a crear una generación desde infantil,
la generación de 1974. Después creamos un club y una estructura, y comenzamos a
coger desde benjamines, para intentar que, cuando tuvieran dieciocho años, pudieran
continuar jugando en un club importante del panorama español, cosa que logramos
con dos líneas, masculina y femenina, permaneciendo en primera división
nacional hasta sus respectivas disoluciones.
¿En qué momento supo que podría aspirar al campeonato de España de
voleibol?
Es complicado. A medida que
ganamos partidos en el campeonato de Andalucía de voleibol de 2004, teníamos
dudas sobre si conseguiríamos alcanzar una buena posición ese año. Partido a
partido, nuestras dudas se disipaban y veíamos en la distancia nuestro lugar en
el campeonato de España de voleibol. Con trabajo duro, conseguimos ganar todos
los partidos tres a cero, y, al llegar a la final, disputada en Punta Umbría,
conseguimos derrotar a Utrera tres a cero. Fue en ese momento cuando supe que
teníamos serias opciones de ganar el campeonato de España.
¿Cuándo se dió cuenta de que podía ser un buen entrenador?
Yo nunca he pensado que fuera un
gran entrenador, quizá sea algo que lo detectan los adversarios, en especial
cuando cada año consigues sacar grandes equipos y comienzan a respetarte. En
ese momento es cuando te das cuenta de que puedes aportar algo importante al
deporte, y darles oportunidades a deportistas que sin este deporte no hubieran
tenido ocasión de viajar y conocer otros lugares. Por desgracia, hay personas
que son grandes entrenadores y no han tenido la suerte de tener un grupo que se
haya dejado entrenar, sin conseguir nunca nada. EL buen entrenador es aquel que
sigue siempre allí y consigue mantener sólido un equipo haciéndoles ver la vida
a través del esfuerzo del deporte y el voleibol específicamente.
¿Qué es lo que más valora en un entrenador?
La constancia, la perseverancia y
el respeto hacia otros jugadores y equipos.
¿Qué partidos, ya sean ganados o perdidos, recuerda con especial emotividad?
Por supuesto la final de España,
pero también hubo una semifinal de España con otro equipo infantil, la
generación de 1982,en el año 1996, donde perdimos el pase a la final contra Valencia tres a
dos, yendo dos a cero ganando. Pienso que podría haber hecho algo más como
entrenador en aquella derrota. Acabamos cuartos de España aquel año.
Tras más de cuarenta años en este bonito deporte, qué cree usted, ¿se
aprende más de las victorias o de las derrotas?
Las victorias siempre sirven para
reafirmar el trabajo bien hecho, y la derrota para mejorar el trabajo
realizado. Es la diferencia, al ganar, parece que todo estuviera bien, sin
embargo, la derrota te hace profundizar mucho más en los sistemas de trabajo y
en la comunicación con los jugadores.
Los entrenadores de cualquier disciplina deportiva son gente respetada
e importante para la gente joven, ¿cree que ha tenido influencia en la vida
personal de sus jugadores y en su futuro?
Creo que sí, nuestro objetivo
como entrenadores es formar a personas, y sé esto porque mis propios jugadores
me lo han comunicado en repetidas ocasiones. A otros seguramente no les
habremos influenciado apenas, pero nuestra idea no es influenciar, sino formar,
y estoy convencido de que a algunos si les ha servido. Como ya dije antes, el
trabajo, la disciplina y la seriedad ha marcado a muchos de mis jugadores, y de
hecho algunos están en una situación personal y laboral bastante favorable.
¿Qué sintió cuando se le comunicó que sería galardonado con la Insignia
de Plata por parte de la Federación Andaluza de Voleibol?
Primero sentí satisfacción
personal y segundo que había pasado mucho tiempo. Al momento, me vino a la
mente la imagen de tantos niños que a lo largo de estos veinticinco años como
entrenador han pasado por el instituto, tantos viajes, tantos kilómetros y que
afortunadamente nunca nos pasó nada. También me viene a la mente el tiempo que
se dedica a esto del voleibol y no a la familia. Es cierto que es una deuda que
se llevará siempre y que algunas familias lo han entendido y otras lo han
pagado con un alto precio. En definitiva, el galardón es un motivo de
satisfacción y a la vez de recuerdo de toda una vida profesional.
¿Hubiera imaginado esta trayectoria, con varios jugadores de su equipo
jugando actualmente en el más alto nivel español, cuando comenzó?
Por supuesto que no, nunca
pensamos que el nivel del voleibol español se marcaría en referencia al
voleibol andaluz. La verdad es que es una satisfacción muy grande ver a
jugadores nuestros como Raúl Muñoz y Francisco Ruiz, y también a una jugadora como
Rocío Gómez jugar en la élite del voleibol. También se siente un poco de pena y
nostalgia porque hubo jugadores con gran capacidad, pero que no han tenido
cabeza o una familia que les apoyaran como a Raúl o a Fran, si no estoy
convencido que podríamos hablar de más jugadores, pero jamás pensamos que
nuestros chicos estarían al más alto nivel.
A modo de conclusión, ¿qué pensamiento tiene después de tantos años
dedicados a su deporte preferido?
Querría agradecer esta entrevista
y simplemente pensar y creer que estos años dedicados al voleibol a costa de
quitarle tiempo a nuestras familias hayan servido para que algunos de nuestros
jugadores se hayan transformado en grandes hombres de provecho, ya que en definitiva
era nuestro objetivo inicial hace tantos años, y creo que si esto lo hemos
conseguido, el tiempo habrá servido, aparte de para los resultados deportivos,
para que el tiempo robado a nuestras familias no haya sido en vano. En líneas
generales, muchos años de trabajo. Una forma de reconocimiento es ver a tus
antiguos jugadores con sus hijos y con un gran respeto entre ambos, entrenador
y jugador, o mejor dicho, amigo y amigo.
Ha sido un placer realizarle esta entrevista, felicidades por su tardío
y merecido premio por su labor deportiva. Un placer y hasta pronto.
Trabajo realizado para Construcción Periodística de la Realidad, por David Gutiérrez León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario